Paca y Tola, Último mes juntas

V. DÍAZ PEÑAS - Santo Adriano / Proaza.

Cientos de turistas colapsan la Senda del Oso para conocer a las hermanas, que apuran su último mes juntas

La Senda del Oso sufrió ayer un auténtico colapso de turistas. Y así parece que va a ser todo agosto. Nadie quiere perderse la foto con «Paca», «Tola» y «Furaco» en los valles del Trubia. Mucho menos, los cientos de turistas que pasan estos días por los concejos de Santo Adriano, Proaza, Teverga y Quirós. Más allá del patrimonio cultural, etnográfico y natural que atesora la comarca, el verdadero motor de atracción turística es el cercado.

«Paca» y «Tola» se han convertido en las auténticas reinas del verano asturiano. Ayer no fue para menos, pese a la lluvia. Familias, grupos y parejas disfrutan con las osas más famosas de Asturias que apuran sus últimos días juntas en el cercado. En septiembre, se separarán.

Con todo, los hosteleros y empresarios turísticos de la zona están encantados con lo que describen como un goteo constante de gente que, afirman, ha aumentado de manera considerable desde que comenzó el mes de agosto. Eso sí, el mayor número de visitas no hace que los ingresos sean mucho mayores. «Hay más gente, sobre todo, de unos días para acá. Aún así, el gasto es contenido y no aumenta», comentan en el mesón «Paca y Tola», situado en las proximidades del cercado osero.

Los turistas que llegan a los valles del Trubia, lo hacen prácticamente de todos los puntos de España. Madrileños, catalanes, vascos, andaluces, castellanos y leoneses se mezclan con visitantes asturianos y con extranjeros. El número de personas que han pasado por el cercado en lo que va de verano, difícil de contabilizar, supera con creces las 20.000 personas. Como apuntan desde la Fundación Oso de Asturias (FOA), cada día visitan el recinto y la Casa del Oso cientos de personas. Hasta tal punto que incluso hay jornadas que se ven desbordados. Por poner un ejemplo, hay veces que el tramo de senda que circula junto al cercado se satura y los cicloturistas tienen que bajarse de la bicicleta y detener su marcha.

El repunte de visitantes que está experimentando la zona tiene su raíz en el proceso de reproducción de las únicas ejemplares de oso pardo cantábrico que viven en cautividad. Como señalan desde la FOA, la gran difusión que ha tenido la unión de las osas con «Furaco» ha repercutido en un mayor número de visitantes. Además, se está llegando a más gente con un mensaje de concienciación sobre la importancia de mantener viva una especie que está en peligro de extinción, afirman en la fundación.

Sólo hay que darse un paseo por el cercado y ver las caras de alegría de los niños que, al fin y al cabo, son los que en el futuro tendrán que cuidar al oso pardo. Y mientras el número de visitantes no deja de crecer -todavía queda el mes de agosto-, «Paca», «Tola» y «Furaco» continúan su romance ajenos a la expectación que generan.

La relación entre las hermanas se está recuperando después de que fuese alterada por el período de celo. «Tola» está dejando algo apartado a «Furaco», después de mantener varias montas, y vuelve a hacer buenas migas con su hermana. Dentro de un mes, las osas se separarán para pasar el otoño y el invierno. Será una época clave, ya que será cuando se conozca si «Tola» será madre. Si hay descendencia, la visita al cercado de los valles del Trubia será casi tan obligada como ir a Covadonga.

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Fuente Ine

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Fuentes:Medios de Comunicación y Prensa

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