Los objetivos de desarrollo internacional


Los objetivos
Los objetivos de desarrollo internacional se refieren al más apremiante de los anhelos humanos: un mundo sin pobreza y libre de la aflicción que ésta genera. Los objetivos que se han fijado son cuantitativos y se describen en parte con palabras e imágenes, pero sobre todo con cifras y gráficos.
Los objetivos están tomados de los acuerdos y resoluciones de las conferencias mundiales organizadas por las Naciones Unidas en la primera mitad del decenio de 1990. Esas conferencias brindaron a la comunidad internacional la oportunidad de acordar las medidas necesarias para reducir la pobreza y lograr el desarrollo sostenible.
Cada uno de los siete objetivos se refiere a un aspecto de la pobreza, y deben contemplarse como un todo, ya que se refuerzan mutuamente. El aumento de la escolarización, especialmente en el caso de las niñas, reduce la pobreza y la mortalidad. La mejora de los servicios básicos de atención de la salud hace que aumente la escolarización y se reduzca la pobreza. Muchos pobres se ganan la vida gracias al medio ambiente. La conclusión es que se necesita progresar en cada uno de los siete objetivos.
Los objetivos no serán fáciles de alcanzar, pero los progresos realizados en algunos países y regiones demuestran lo que es posible. En China el número de personas que vivían en la pobreza disminuyó de 360 millones en 1990 a unos 210 millones en 1998. Mauricio redujo su presupuesto militar e hizo fuertes inversiones en salud y educación. Hoy todos sus habitantes tienen acceso a servicios de saneamiento y el 98% a agua potable; el 97% de los nacimientos cuentan con la asistencia de personal sanitario capacitado. Por otra parte, muchos países de América Latina han avanzado bastante hacia el logro de la igualdad entre los géneros en materia de educación.
La conclusión que se impone es que si algunos países pueden progresar notablemente hacia la reducción de la pobreza en sus diversas formas, otros también podrán hacerlo. Sin embargo, en muchos países del África al sur del Sáhara los conflictos han provocado un retroceso con respecto a lo que se había conseguido en cuanto a desarrollo social. La difusión del VIH/SIDA empobrece a personas, familias y comunidades de todos los continentes. Y el crecimiento económico sostenido, que es el factor fundamental para reducir la pobreza a largo plazo, todavía es inalcanzable para la mitad de los países del mundo. En más de 30 de ellos el ingreso real per cápita ha disminuido en los últimos 35 años. Y en los casos en los que hay crecimiento, éste debe distribuirse más equitativamente.
La conclusión es que los objetivos pueden cumplirse, pero que habrá que esforzarse mucho para lograrlo. Las condiciones del éxito son, ante todo, unas voces más elocuentes que hablen en favor de los pobres, una estabilidad y un crecimiento económicos que beneficie a los pobres, unos servicios sociales básicos para todos, unos mercados abiertos para el comercio y la tecnología y unos recursos para el desarrollo suficientes y bien utilizados.

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Fuentes:Medios de Comunicación y Prensa

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